Hábitos que nos ayudan a mejorar y fortalecer nuestras relaciones
Hábitos:
La Presencia
La Escucha activa
La Meditación
La Contemplación
Beneficios:
Menos re-actividad
Resolución de conflictos
Claridad
Entendimiento
Cambio de percepción
Soltamos el papel de víctima, juez o salvadora y nos posicionamos en el ADULTO
La escucha activa es una poderosa herramienta que nos ayuda a percibir de una forma diferente a la que hemos estado acostumbrados, en su mayoría estamos tan llenos de creencias, juicios y significados que cuando conversamos con un otro nublamos el mensaje que la otra persona desea transmitir, recibiendo un mensaje distorsionado.
La mayoría de las veces no escuchamos realmente por falta de presencia y esto lo podemos evidenciar observando cómo nuestro diálogo interno no para de comentar o enjuiciar en el momento que estamos teniendo una conversación con otro.
Y lo mismo podemos aplicarlo en nosotros mismos, cuando se nos presenta una situación que crea algún tipo de des-balance y no nos damos el espacio de escucharnos activamente aquello que habita en la mente resulta verdaderamente difícil traer resolución.
Si aplicamos la escucha activa y le bajamos el volumen al diálogo interno, a la hora de abrirnos a recibir el mensaje del otro, podremos recibir información valiosa que nos ayudará a traer algún tipo de solución, además podremos evidenciar los valores por los cuales se rige la persona y a su vez, podremos ver las necesidades y las peticiones de este, pudiendo así crear un espacio en el cual ambas partes son tomadas en consideración trayendo resolución al conflicto.
Cuando estamos presentes y aplicamos la escucha activa lo hacemos desde el Adulto y no desde el niño que se victimiza, ni desde el Juez que critica o desde la Salvadora que busca rescatar.
Entre más practiquemos estos hábitos menores serán nuestros estallidos, en vez de re-accionar ante los estímulos del mundo externo, la presencia hará si que podamos accionar desde un estado en el cual podemos evidenciar qué nos pide la situación y actuar o accionar acorde a ello.
Permitirnos momentos de contemplación resulta beneficioso porque de esta forma practicamos la presencia, vamos soltando poco a poco pensamientos del pasado o preocupaciones del futuro, anclándonos en el aquí y en el ahora. Nos ayuda a observar tanto nuestro mundo interior como el externo sin juicio alguno.
La meditación es un hábito que nos ayuda a mejorar nuestros niveles de atención, en conjunto con la escucha activa nos ayuda a aplicar la observación de modo que dejamos de lado el juicio y contemplamos aquello que pide ser re-evaluado tal cual como es.
A medida que vamos cultivando y aplicando estos hábitos en nuestra cotidianidad y en nosotros mismos, podremos aplicarlo en nuestras relaciones, pudiéndonos vincular desde un estado que supone una intención de crear resolución en conflictos, creando unión y armonía.