La voz del ego vs. el susurro del Espíritu
Muchas veces nos pasa que queremos algo con tanta determinación que nos empecinamos en ello cayendo en bloqueos, sin darnos cuenta que viene de escuchar esa voz interna llamada ego que nunca para de hablar, es el narrador de falacias, con una connotación tirana, de preferencias muy marcadas, que tiene una opinión acerca de todo y todos, que nos intenta convencer a toda costa de qué es lo “mejor para nosotros” trayendo resultados de corta duración que carecen de valor, desviándonos de la vida y de nuestro camino hacia la unidad.
Por otro lado, hay otra Voz que está siempre presente a la espera que le demos nuestra atención, una Voz que te pide observar sin juicio alguno, usa el mundo como un recurso de enseñanza para llevarte de vuelta a tu hogar, podemos escucharla cuando dejamos de prestarle atención a la otra voz, cuando le bajamos el volumen al diálogo interno, cuando estamos presentes. Es la vida misma que nos pide estar en el aquí y en el ahora, de ser receptivos, de contemplar sin juicio alguno, nos pide observar a todos y a todo con una mirada de inclusión, de confiar, aceptar y fluir con los cambios y con las circunstancias ya que, cada una de ellas trae un aprendizaje valioso para nuestra maduración y para nuestra expansión de consciencia y liberación del miedo.
Por ello, la auto observación es un músculo que debemos ejercitar para poder discernir nuestros pensamientos, así podremos distinguir cuáles son aquellos que nos benefician y cuáles son aquellos que nos hacen repetir los mismo patrones y experiencias, cayendo en el victimismo y en las ganas de control.
Nuestra atención es un recurso muy valioso y podemos usarlo para nuestro mayor beneficio.
¿Alguna vez te has percatado de estas voces internas?
¿Cuáles herramientas usas para fortalecer la atención?
¿A cuál voz le prestas más atención?
Que tengas un lindo día hermoso Ser.